República Dominicana: Riqueza minera y petrolera que se exporta mientras crece la pobreza.
En las profundidades de la República Dominicana, la historia parece repetirse: cada nuevo hallazgo de recursos naturales —petróleo, oro, tierras raras y bauxita— despierta promesas de prosperidad, pero en la superficie, la vida de millones sigue marcada por la precariedad y la desigualdad económica.
En los últimos años, el país ha sido protagonista de descubrimientos que podrían cambiar su destino económico:
Petróleo en RD: yacimiento con potencial de explotación comercial.
Oro dominicano: depósitos significativos en zonas fronterizas y cordilleras.
Tierras raras en República Dominicana: elementos estratégicos para la tecnología moderna, presentes en nuestras bauxitas.
Bauxita de alta calidad: reservas únicas en el Caribe.
El camino del dinero y la fuga de capitales
Gran parte de estos recursos minerales se exportan sin procesar, lo que significa que el valor agregado —y los empleos que genera— se quedan fuera. Los contratos de concesión con empresas extranjeras dejan menos del 20 % de las ganancias en manos dominicanas, mientras las utilidades se repatrian al extranjero.
Dato clave: En 2024, las exportaciones mineras superaron los 2,000 millones USD, pero la pobreza monetaria en RD se mantuvo por encima del 30 %.
Mapa de la riqueza minera en RD
Recurso | Ubicación principal | Potencial económico estimado | Uso estratégico |
---|---|---|---|
Petróleo | Zona costera sur | Millones de barriles | Energía y combustibles |
Oro | Cordillera Central y zonas fronterizas | Toneladas métricas | Joyería, reservas monetarias |
Tierras raras | Sierra de Bahoruco | Alta concentración (REE) | Tecnología, defensa, energías renovables |
Bauxita | Región suroeste | Única en el Caribe | Producción de aluminio y fuente de REE |
La paradoja de la abundancia
Mientras el PIB de República Dominicana crece impulsado por la minería y el petróleo, las comunidades cercanas a los yacimientos siguen sin agua potable, con escuelas deterioradas y empleos temporales mal remunerados.
"Aquí dicen que hay oro bajo nuestros pies, pero yo sigo sin poder pagar la escuela de mis hijos", relata María, residente de una zona minera.
Impacto ambiental y social de la minería
Deforestación y contaminación: proyectos extractivos que afectan ríos y suelos.
Desplazamiento de comunidades rurales: pérdida de tierras agrícolas y viviendas.
Empleos limitados en minería: menos puestos directos que sectores como turismo o manufactura.
Propuestas para que la riqueza se quede en RD
Renegociar contratos mineros y petroleros para aumentar la participación nacional en las ganancias.
Procesar localmente minerales y fomentar industrias derivadas.
Invertir en desarrollo comunitario en zonas productoras.
Transparencia fiscal: publicar y auditar el uso de ingresos mineros y petroleros.
Conclusión
La República Dominicana está sentada sobre un tesoro. La pregunta no es si tenemos riqueza, sino si tendremos la voluntad y la capacidad de convertirla en bienestar para todos. El futuro dependerá de si dejamos de exportar promesas y empezamos a importar justicia económica.
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